8.10.09

Canto Indígena



Un hombre susurró: Dios, habla conmigo

Y un ruiseñor comenzó a cantar...

Pero el hombre no oyó.

¡Entonces el hombre repitió:

Dios, habla conmigo!

Y el eco de un trueno, se oyó...

Mas el hombre fue incapaz de oír.

El hombre miró en derredor y dijo:

¡Dios, déjame verte!

Y una estrella brilló en el cielo...

Pero el hombre no la vio.

El hombre comenzó a gritar:

¡Dios, muéstrame un milagro!

Y un niño nació...

Mas el hombre no sintió el latir de la vida.

Entonces el hombre comenzó

a llorar y a desesperarse:

¡Dios, tócame y déjame saber

que estás aquí conmigo...!

Y una mariposa se posó

suavemente en su hombro...

El hombre espantó la mariposa con la mano y,

desilusionado, continuó su camino,

triste, sólo y con miedo.



En la lengua de los indios cherokees...

Que puedas reconocer al Gran Espíritu en todo lugar, en todo momento

Traducido y adaptado del Libro de San Etioy


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